martes, 26 de junio de 2007

La idea

La Idea

Un día, nació una diminuta idea en un remolino de pensamientos.
Entre imágenes, recuerdos, miedos y decisiones, vagaba por el vasto y
complejo universo de una mente inquieta. Avanzó primero con timidez,
luego con más determinación fue tomando cuerpo y forma, como una bola
de nieve que se lanza ladera abajo. Fue creciendo y a medida que
avanzaba, ganaba más terreno . Se impuso con firmeza, cada vez más presente.
Hasta que al final, logró prevalecer por completo.
Y se me ocurrió escribir este cuento...

miércoles, 13 de junio de 2007

Llueve sobre Santiago



Son las seis de la tarde, anochece en Santiago, bajo un cielo negro que no ha parado de verter su líquido contenido sobre nuestras cabezas, lluvia, purificadora salvación que lava nuestros pecados, absolución instantánea que solo durará lo que demora el sol en secar la humedad, dos quizás tres días de limpieza otoñal y nuestros pecados volverán a sumirnos en la sucia oscuridad, se acabará la paleta privilegiada de colores vivos y brillantes que aparecen después de la lluvia y volverá el monótono gris que adorna mi ciudad como pétreo manto sobre calles, casas, arboles y plazas, se extenderá por el cielo como una nube tóxica y pronto estaremos clamando por agua nuevamente y el Dios de los cielos se apiadará una vez más de nosotros y podremos seguir respirando según sea su voluntad.

Llueve en Santiago, relámpagos y truenos desgarran el cielo y el silencio, los dioses están furiosos, ¿Qué hemos hecho con el hogar que nos facilitaron? . Sólo somos visitantes en tránsito por este vecindario que llamamos Sistema Solar, se nos entrega en préstamo esta casa que llamamos Tierra, no nos pertenece pero la tratamos peor que a nuestras pertenencias, ¿En qué condiciones entregaremos la casa a los que vienen a ocuparla después de nosotros? Quizás sea tiempo de detener las máquinas para que podamos seguir avanzando, de otro modo solo conseguiremos acelerar el paso hacia nuestra propia destrucción.

Llueve en Santiago, me gusta la lluvia, pero hay quienes no tienen la bendición de vivir bajo un techo, rezo por ellos, aunque tu no lo creas, los dioses no se olvidan de ellos, al contrario, ellos están más cerca de los dioses de lo que nosotros estaremos nunca y son los mismos dioses los que personalmente se encargan de encontrarles refugio, abrigo y alimento.

Me gusta la lluvia y me alegra, marca para mi el comienzo de un nuevo ciclo, los campos reverdecerán, la cosecha será buena, tendremos agua y energía, la naturaleza nacida de la grandeza divina, sabiamente intenta siempre renovarse, el agua cae, la semilla brota, el fruto se cosecha, la vida continúa, ¿Cómo puedo no ser feliz con la lluvia?

Llueve en Santiago, sonrío y camino, ¿Por qué sonrío bajo la lluvia? porque frente a la lluvia sólo se pueden adoptar 2 actitudes, puedo sonreír y dar gracias a los dioses y caminar feliz entre la lluvia o o puedo enfadarme y esconderme hasta que salga el sol ...
y yo escogí lo primero.