miércoles, 23 de noviembre de 2011

Cinco Sentidos para amarte.













Escucharte

Hazle el amor a mis oídos, dime palabras obscenas.
apuñala mis tímpanos con un puñal de sonidos
regálame un susurro, susúrrame un quejido
dime tu pecado más sucio, tu secreto mas íntimo.
Llévame a un clímax intenso, de la mano de uno solo de los sentidos encuentra la palabra apropiada, para lanzarme a tu vacío.
inventa una forma nueva de hablarme solo al oído
y con esas palabras nuevas dime que tu amor será mío.





Verte

Desnuda tus emociones, desvístete de tus miedos
muéstrate entera, sin inhibiciones, quiero verte
quiero memorizar cada detalle de tu imagen latente
presente, intensa, ardiente. Iluminada por el sol,
brillante, enrojecida, lléname los ojos de miradas furtivas
que tu imagen como espejo me rodee sin salidas
que mi vista se transforme en testamento de tu gracia
y capture los reflejos que la luz te arranca y que me envía
mas me burlo yo de la luz, porque aunque ella te abrace y te envuelva
tu solo serás mía.

Tu Aroma

Imprégname de tu rocío, deja en mí tu rastro
regálame tu aroma a fruta madura, perfumada, dulce,
fragancia de hembra en celo, de mujer, de diosa y madre.
Márcame con tu olor, quiero ser tu pertenencia,
porque hueles a manzana roja y a lavanda fresca,
hueles para mi como un rosal en primavera.
Aspiro tu piel, inhalo tu pelo, quiero empaparme de la sustancia
que se desprende de tu esencia, quiero olfatearte como el lobo a su presa.
porque hueles a cielo estrellado, en noche de luna llena.
tu aroma me guia como faro en la niebla, que me indica tu camino
y agradezco al azar generoso que te puso en mi destino.

Tu Sabor

Quiero descubrir que sabor tienen tus besos
imagino que a menta y alegría, a café y un poco a cielo.
Saborear el brillo de tus aros en tu cuello,
quiero besar con mi alma cada rincón de tu cuerpo.
Encontrar el sabor que se desprende de tus sueños
Tu piel sabe a canela, tu sudor sabe a fuego,
que me quema en los labios, pero aviva el deseo.
Encontrar el sabor de tus manos, tu cabello, tu silencio.
beber de tu cáliz el dulce néctar, sediento.
refrescarme en la sombra que proyecta tu seno.
mi cabeza en tu regazo, mis ojos buscando sueño.
quiero saber a que sabes o bien morir en el intento.

Tocarte

Quiero escribir con mis manos en tu cuerpo
que ellas te digan cuanto te deseo
que nuestros dedos se junten en un contacto eterno
que no quepa un átomo entre tu pecho y mi pecho.
que mi piel te mencione en un canto nuevo.
Descubrir tus valles y montañas, quiero tocarte tanto que pueda,
dibujarte de memoria en mi cama, pasear mis dedos por tu frente,
rozar con mis manos tu alma, trazar figuras con mis labios en tu espalda
vibrar cuando tiembles al sentir mi ser que te clama
acariciar el borde de tu oido en llamas
palparte como ciego y que el tacto me revele
tu verdadera forma, tu presencia soberana
mientras mis manos recorren caprichosas,
hasta el detalle mas pequeño.

Nido de palabras




Puedo tejer un nido para ti con las palabras mas bellas,
pero desconozco si tu corazón querrá anidar en ellas,
trenzaré palabras tiernas para que sea cómodo y suave
tendrá plumas de pasión para que te abriguen como las alas de un ave,
lo haré impermeable a pruebas de dudas y desazón
con pétalos de rosa y flores de jazmín le daré perfume y color
lo colgaré bien firme entre el ramaje de nuestro árbol llamado amor
que con raíces firmes creció hacia el cielo buscando el sol.

viernes, 5 de agosto de 2011

El Aviador





El Aviador

Esta es la historia de un niño que vivía en la orilla del mar y solía pasar días enteros mirando volar a las aves, las veía remontar el vuelo, extendiendo sus alas contra el viendo y despegar del suelo casi sin esfuerzo, soñaba con algún día convertirse en un gran piloto y cruzar el cielo sin límites como lo hacían las aves. Así con esfuerzo y dedicación logró asistir a la academia de aviación para cumplir su sueño, durante años estudió y trabajó hasta que consiguió su licencia de vuelo, Volar era su pasión, cruzaba países enteros para entregar correspondencia o medicinas y pensaba que nada el mundo podía ser mejor. Pero un día mientras hacía un vuelo de reconocimiento, se vio envuelto por una tormenta, intentó volar bajo, pero el terreno era tan irregular, que corría un gran riesgo de estrellarse, atrapado como estaba entre fuertes vientos y lluvia, recordó a las aves que solía ver de niño y como las aves enfrentaban el viento para poder remontar el vuelo, pensó --No he llegado tan lejos para rendirme ahora--, y tomó con firmeza el timón de su nave y de cara al viento enfrentó la tormenta, subiendo cada vez más, donde rugía el trueno y la lluvia azotaba, no aflojó ni por un solo segundo, cuando de pronto se abrió ante él un hermoso panorama, bajo sus alas quedaba la tormenta, y sobre él aparecía un brillante sol y todo era calma. Desde entonces no tuvo temor, sabía que si lo atrapaba una tormenta el podría volar sobre ella.

Enseñanza: En los tiempos dificiles, toma con firmeza el control de tu vida y enfrenta los problemas elevando tu voluntad y tu espíritu por sobre aquellas cosas que te aquejan y verás que encontrarás la calma.



martes, 25 de enero de 2011

El Precio de la Inmortalidad

Roland cavilaba sentado en su laboratorio, ubicado en la cima de una torre sin puertas, él no las necesitaba, simplemente se aparecía donde su pensamiento le llevase, hacía años que había dominado la técnica de la teletransportación y la materialización. Era un hechicero consumado.

Ahora sumergido en sus recuerdos, repasaba mentalmente una y otra vez cada palabra oída, cada signo visto, cada escena vivida, cada detalle obtenido, durante toda su vida, había seguido de cerca los estudios de los grandes precursores de su empresa, que como él, no obtuvieron el éxito que esperaban y ahora yacían muertos o deformes, despojados de todo su poder, no eran sino recordatorios de lo que le podía llegar a ocurrir si fallaba su cometido, pero él estaba seguro de sus estudios, y esperaba confiado obtener buenos resultados. Décadas atrás trabajó de cerca con Nikola Flamel y su irrisoria piedra filosofal, una patética canica que solo consiguió darle unos cuantos siglos de mala muerte. También ayudó con mucho esmero en la creación de unos complejos pigmentos a pedido de un tal Basil Hallward, pero dudaba seriamente de la efectividad de la formula, además tomaría mucho tiempo para poder comprobarla y tiempo era precisamente lo que menos tenía. El uso de la magia tiene su precio y ya no podía seguir estirando su longevidad por medio de conjuros y rituales, ahora buscaba algo eterno, algo poderoso, quería el secreto del Fénix.

Siguió la pista del ave, desde el desierto de Gobi, hasta un acantilado en la isla de Malta, desde una cueva cerca del Lago Victoria en el corazón de África, hasta las costas más lejanas de Islandia, fueron años y años tras su huella, primero recogió una de sus plumas, luego una garra, una vez encontró algo de sus cenizas y hasta su estiércol, pero solo unas semanas atrás pudo ser testigo del instante mismo en que el ave consumida por una combustión espontánea, ardió sobre su nido, hecho de hierbas aromáticas y ramas de tejo. Fue un espectáculo que quedo grabado fielmente en su memoria, el plumaje rojizo tornasolado, refulgiendo con el color de la brasa viva, ardiendo como el metal en la forja, miles de chispas se elevaban como luciérnagas en la noche y el ruido, ese macabro ruido, el alarido desgarrador del ave abrasada por el fuego, luego el silencio, cuando se disiparon el humo y las llamas, reducido el cuerpo a un montón de polvo, se acercó sigilosamente y ahí estaba el huevo, opaco y cobrizo, aunque candente al rojo vivo.

Pasó la noche preparando los últimos detalles, con el amanecer ejecutaría el ritual, esta vez no podría valerse de la magia para manipular el fuego o evitar su daño, esta vez, debería entregarse al fuego, con la única esperanza de renacer de entre las cenizas. Desnudo y sentado sobre la hoguera con el huevo en sus manos, esperó el albor, espejos y lentes iniciarían las llamas y luego solo podría abandonarse a la experiencia, confiar en sus estudios y esperar. El primer rayo de luz que tocó su frente lo encegueció por un momento, luego los espejos canalizaron la luz hacia los lentes que a su vez hicieron blanco en en una serie de bolas de tejido, hierbas y aceites, preparados especialmente para este fin, al principio hilillos de humo se elevaron por entre las ramas, minutos después pequeñas lenguas de fuego lamían vorazmente cada madero alimentándose con viveza, el calor ya era sofocante, se concentraba al máximo, repetía mentalmente cada una de las palabras del hechizo que podía garantizarle la vida eterna, conforme ascendía el sol, más ascendían las llamas y las quemaduras hacían marcas en la piel del mago, quien se encontraba en un profundo trance para soportar esta transmutación, el fuego ya empezaba a cubrirlo por completo, el dolor se hacía insoportable, el aire caliente le quemaba por dentro con cada inhalación, ya no le parecía posible seguir manteniendo el trance, quería huir o entregarse por completo al dolor y terminar de una vez ese sufrimiento, cada segundo que pasaba era un desafío a su cordura, en medio de esa tortura el tiempo pareció detenerse y vio como el fuego bailaba lentamente, como si el aire fuera un fluido espeso que a las flamas les costara atravesar, en ese último eterno segundo lo comprendió todo finalmente, el fuego purifica, transforma, limpia y renueva, su viejo cuerpo desprendido de piel carbonizada, ya no sería mas una carga, ahora era algo superior, dejó escapar un grito desgarrador, salido de las entrañas mismas de la más profunda agonía de su ser y mientras se elevaba vio su cuerpo sobre la pira, reducido a un montón de huesos humeantes y carne quemada.