martes, 14 de diciembre de 2010

El Legado de Mjöllnir




El Legado de Mjöllnir

La primera vez que lo vi, no supe realmente lo que era, ni imaginé el poder que tenía. Lo encontré en el fondo de un cajón, en un armario antiguo que estaba en el garaje. Al principio me llamó la atención su forma y su peso. De un tamaño un poco mayor al de una moneda, parecía algo muy antiguo, pero muy sólido. Por un simple impulso lo tomé y lo ate a mi cuello, pesaba como si fuera enorme, pero me daba una sensación de confianza. Lo usé durante semanas y aunque a veces lo perdía por accidente y sin notarlo, siempre volvía a mí, en un bolsillo del pantalón, o en el fondo de una mochila. Salvo esa noche, en que temí perder todo para siempre, incluso la vida. Llovía a cántaros, hacía frío y era tarde, después de ir a dejar al último de mis amigos, atravesé una calle oscura y vi tres sombras acercarse a mí, pensé en dar la vuelta y huir, pero algo en mi me hizo rechazar esa idea, no daría un paso atrás sin haber dado la pelea primero, dos de ellos se quedaron vigilando, el tercero se acerco a mi lentamente, alcé mi puño para dar la pelea, un relámpago rasgo el cielo, un trueno lo acompañó y los vi huir de mi sombra proyectada como un gigante con un martillo en su mano.

sábado, 9 de octubre de 2010

Palabras de amor para una mujer trabajadora

"Levanta tu frente y vive, amiga trabajadora
en tu esencia eres mujer, libre y encantadora
deja los platos, la escoba y la pala,
siéntete libre, emprende tu vuelo, extiende tus alas.

Deja correr por tu frente el sueño,
eres alma libre, nadie puede ser tu dueño.
regálanos tu amor, tus cuidados, tu dulzura
regálame una tarde, abrazado a tu cintura.

Amiga esforzada que eres mujer y eres madre
que a la mirada de tus hijos tu corazón abres
amiga trabajadora que eres mujer y eres esposa
eres la fuerza de la espina y la suavidad de la rosa.

Amiga de toda la vida, compañera, fortaleza
que por todos y cada uno de nosotros reza
amiga compañera eres mujer y eres dama
te transformas por las noches en amante en mi cama."

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Fábula de las tres orugas


Tres orugas que estaban a punto de convertirse en mariposas, se dispusieron a buscar un lugar para vivir su metamorfosis, con sus cuerpos inflados, les resultaba difícil moverse, así la primera oruga no se dio el trabajo de buscar un buen sitio y se quedó tendida al sol donde le pareció mas cómodo y comenzó a envolverse en su camisa de seda. Apenas había tejido una minúscula parte de su envoltorio, cuando de pronto un ave, tapando el sol con sus alas, la vio ahí al descubierto y sin mediar ningún esfuerzo la atrapó y se la llevó a su nido.

La segunda oruga, viendo lo que le había pasado a la primera, se arrastró y arrastró buscando un escondite seguro, finalmente descubrió una pequeña grieta en el tronco de un árbol, con mucho esfuerzo se fue introduciendo, su abultado cuerpo casi no le permitía ingresar, se escondió cada vez más hasta que se perdió en las sombras,-aquí estaré segura-, pensó y comenzó a tejer su camisa de seda quedando aún mas encerrada. Sufrió su metamorfosis, pero, al tener tan poco espacio, más el largo de sus alas y los restos de su capullo de seda, no le permitieron salir y se quedó atrapada, viendo la luz al final de la grieta, hasta que a los pocos días murió de hambre y de sed.

La última oruga, en cambió, se arrastró y buscó detenidamente un lugar que le permitiera pasar de manera segura su cambio, que aunque tuviera un difícil acceso, tampoco le fuera imposible salir, encontró un lugar así en un claro entre las zarzas, aunque rodeado de espinas, había vegetación en el centro y tampoco le costaría tanto salir volando, una vez que fuera mariposa. Así, con esfuerzo se deslizó entre las espinas, subió por el tallo de una planta de flores pequeñas y hojas amplias, y debajo de una de ellas colgó su capullo. Pasaron los días y se transformó en mariposa, una monarca de alas amplias de brillante rojo y negro.

Se preparó para su primer vuelo y aunque le costó un poco logró salir de su refugio y voló y voló hasta perderse en la lejanía.

Moraleja:

La ausencia total de seguridad es un desatino, exponerse a los riesgos innecesarios, es entregarse a la fatalidad irresponsablemente, por otra parte un exceso de protección, puede convertirse en una prisión, la vida se te pasa mientras temes por tu vida, en cambio sopesar los riesgos, asumirlos y enfrentarlos en condiciones controladas, requiere de mayor esfuerzo, pero siempre tiene una mayor recompensa.