miércoles, 11 de julio de 2012

Historias de Mate

Mi abuela Ursulina, devota esposa y compañera fiel de mi abuelito Tomás. Día a día, durante toda la vida, lo esperaba con los manteles limpios, su yerba cebada y la pava en el brasero, como un ritual, con parsimoniosa religiosidad tenía todo preparado para su llegada, el abuelo, considerado patriarca primordial del hogar, era el primero en tomar el mate, mirábamos con ansias el mate preparado, pero mi abuela siempre nos decía: "Si no toma el mate mi marido, aquí nadie toma el mate". Un día llegaron los soldados al campo, el abuelo no volvió, el mate quedó preparado, mi abuela solo calló y en esa casa nunca más se habló del mate.

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